miércoles, 20 de enero de 2010

ELEMENTOS DEL LENGUAJE RADIOFONICO

2.- EL LENGUAJE RADIOFÓNICO : ELEMENTOS SONOROS Y NO
SONOROS
La radio tiene su propio lenguaje gracias al cual nos hace llegar su mensaje, su
programación, en definitiva, su proyecto. Este lenguaje radiofónico está basado en una
serie de elementos sonoros y no sonoros que ayudan a construir la comunicación
radiofónica. Esos elementos los son siguientes:
- la palabra
- la música
- el efecto sonoro
- el silencio
Este último ha sido discutido con mayor profusión que los otros tres, puesto que puede
entenderse como la simple ausencia de palabra o pausa. No obstante, como
comentaremos más adelante, el silencio radiofónico tiene suficiente significación como
para considerarlo una parte más del mensaje radiofónico: su sistema expresivo no
sonoro.
2.1.- La Palabra
La palabra resulta indispensable si hablamos de lenguaje radiofónico. La creatividad
expresiva en la radio no tiene por qué pasar necesariamente por las músicas o efectos
sonoros: la palabra radiofónica no es solamente la palabra a través de la radio, ésta
excluye la visualización del oyente. La palabra radiofónica es palabra imaginada, ayuda a
crear, en la mente de quien escucha, imágenes o escenas relacionadas con el mensaje
que se recibe.
Aunque en cualquier comunicación hablada lo importante es que las palabras se
entiendan, en radio es mucho más importante, ya que la ausencia de interlocutora real
impide preguntas o volver atrás en lo dicho. La fugacidad de la radio hace que muchas
veces su lenguaje tenga reiteraciones para que el mensaje sea retenido por la audiencia.
Además, es importantísima la claridad y la sencillez
La ausencia de lenguaje gestual obliga a locutores y locutoras a matizar constantemente
sus palabras con intensidades, entonaciones, etc. para que a pesar de esta pérdida
visual el lenguaje no carezca de ninguno de sus matices.
2.2.- La Música
Con la música, la radio consigue el apoyo sonoro fundamental para la ambientación de
los mensajes radiofónicos, es decir, gracias a la música podemos enriquecer el lenguaje
radiofónico.
El lenguaje musical tiene un doble sentido:
• Decora el mensaje; fondos musicales para ambientar un relato o una sección,
ráfagas musicales para recalcar un determinado momento de la emisión
radiofónica como puede ser un mensaje publicitario o unos informativos, golpes
musicales para llamar la atención o decorar unas palabras, o canciones para
escuchar y descansar del mensaje radiofónico.
• Enriquece el significado del mensaje radiofónico. La combinación palabra-música
es la esencia del mensaje radiofónico. Está claro que si leemos un relato en
nuestro programa y éste es por ejemplo, de misterio, hacer que quien lo escuche
se sumerja en el relato será más sencillo con unos fondos musicales coherentes.
De igual forma, si estamos emitiendo un reportaje de un grupo musical y nos
acompañan sus temas musicales esto hará que el programa se enriquezca de
contenidos.
Podemos deducir que tanto con la palabra como con la música, vamos a poder marcar el
ritmo de nuestro programa. Construir una emisión viva, dinámica, divertida, o por el
contrario mandar un mensaje radiofónico sugerente, misterioso, íntimo, etc. De igual
forma podemos equivocarnos y hacer que nuestro objetivo se vuelva monótono, triste,
vacío, simple, e incluso poco interesante.
2.3.- Los efectos sonoros
La música y la palabra son sonidos. Y en consecuencia, efectos sonoros. Pero, por su
importancia en el lenguaje radiofónico, merecen una atención especial. Sin embargo,
podemos englobar el resto de efectos sonoros en un solo grupo llamado: efectos de
sonido o efectos especiales.
Este grupo es igual de importante que el resto de elementos que conforman el lenguaje
radiofónico ya que gracias al resto de sonidos la radio crea una fiel imagen de la
realidad. Podemos hablar de dos funciones de los efectos sonoros: una descriptiva, que
acerca la realidad y otra expresiva, que ayuda a interpretar fielmente esa realidad,
dejándole libertad para recrearla en la mente de quien los oye.
Un ejemplo sencillo de lo explicado en el párrafo anterior: la locutora está narrando
como el detective, pongámosle nombre para hacerlo más creíble, Peter Hanson, medita
sobre como comenzar un misterioso caso de desaparición cuando, de pronto, se abre
una chirriante puerta (efx de puerta chirriante abriéndose) y una mujer se acerca
lentamente al protagonista de nuestra historia (efx de pasos lentos y seguros de mujer
con tacones). Todo esto bañado en una sugerente música soul puede conectar con la
audiencia mucho más de lo que lo hiciera la locutora sólo con la palabra.
Éste es sin duda un amplio grupo el cual podemos dividir en:
Efecto sonoro: hace referencia al uso de uno o varios sonidos de una manera aislada.
Sonidos ambiente: los que hacen los locutores y locutoras en el locutorio, lo cual le da
un mayor realismo al programa aunque a veces desemboca en una mala calidad de
sonido si no se atiende con cuidado el uso de este tipo de sonidos.
Fondos de sonido: evocan un escenario, un lugar o una situación mediante la
recreación de un conjunto de sonidos que los caractericen.
La expresividad de los sonidos se concentra el los siguientes puntos:
Sirven para narrar el ambiente de una situación dramática o de un suceso.
Sirven como fondo de información o narración.
Pueden convertir una información en un documento sonoro.
Apoyan o subrayar una acción.
Sirven para valorar con redundancia la palabra o la música.
Puede sustituir a la palabra.
Remarcan palabras y silencios.
Intensifican una situación hasta lograr el clima deseado.
2.4.- El silencio
El sonido y el silencio son dos elementos imprescindibles del lenguaje radiofónico. Hay
quien opina que el silencio en radio no representa un momento de pausa sino de tensión
llevado hasta el extremo. La prolongación del silencio provoca atención e incertidumbre
en la audiencia. Pero el silencio, en determinadas ocasiones, también es informativo, ya
que incita a la reflexión. Se tiene miedo a usar el silencio en radio ya que podría
significar un fallo técnico y de hecho, en muchas ocasiones lo es, aunque no siempre.
Este último elemento componente del lenguaje radiofónico no es tenido como tal por
una parte de quienes estudian el medio, si bien, como puede comprobarse en la labor
periodistas como Jesús Quintero por ejemplo, su presencia es fundamental y de una
fuerza comunicativa innegable.
Existen silencios rápidos, de menos de dos segundos, que se relacionan con las pausas
necesarias a la hora de leer un párrafo o un texto. Y existen otros silencios más lentos,
que nos ayudan a asimilar el mensaje e incluso dan pie a la reflexión de éste. También
existen los llamados silencios interactivos, que son los que buscan una intencionalidad o
una relación afectiva entre el sonido anterior y el siguiente. Por ejemplo, la locutora, de
repente, lanza una pregunta al aire a todo la audiencia, aparece ese breve silencio de
más de dos segundos, y comienza a sonar un tema musical. Programas nocturnos que
intentan hacer compañía y basan su contenido principal en escuchar testimonios y
confesiones utilizan mucho el silencio interactivo como lenguaje radiofónico.

martes, 19 de enero de 2010

LA PLANIFICACION RADIOFONICA 2

Los planos. Tipología

Si escuchas cualquier radiofórmula musical, como por ejemplo los 40 Principales, notarás que tanto la voz del locutor como los temas musicales que se van sucediendo suenan a un mismo nivel de intensidad y a una distancia que podríamos calificar como de normal, en tanto que es la habitual en la comunicación radiofónica. Esto es así porque, en este caso concreto, tanto el sonido de la voz como el de la música aparecen en el llamado Primer Plano (PP), es decir, aquel que en la oscuridad radiofónica recrea la distancia que en otras situaciones correspondería a la comunicación interpersonal utilizada en las conversaciones cotidianas. Por este motivo, el Primer Plano expresa o significa amistad, confianza, proximidad y, lo que es más importante, naturalidad.
Además del Primer Plano, en radio tenemos la posibilidad de trabajar con el Primerísimo Primer Plano (PPP), el Segundo Plano o Plano Fondo (2P) y el Tercer Plano (3P).
Primerísimo Primer Plano: Reconstruye la distancia íntima de la comunicación interpersonal y, bien conseguido, puede generar una doble percepción espacial:
1.-Espacio íntimo: cuando a través de la radio el locutor le habla al oído al oyente, le susurra, o le deja escuchar lo que el radiofonista le dice a alguien al oído. En este contexto, el Primerísimo Primer Plano expresaría proximidad, intimidad, seducción:
2.-Espacio simbólico: cuando a través de la radio, el locutor reflexiona, habla consigo mismo. En este caso, el Primerísimo Primer Plano denotaría misterio, universo expresivo interior, etcétera:
El PPP no suele utilizarse en la radio actual, aunque sí era frecuente su uso en los espacios de ficción (radionovelas) que en otra época fueron la estrella de la programación radiofónica en España. No obstante, en algunos espacios nocturnos o de madrugada existe una cierta tendencia a acercarse al micrófono, de tal forma que la voz del locutor o la locutora de turno suena como si nos estuviera susurrando al oído, en un intento de conseguir una proximidad máxima con los oyentes:
Por otra parte, en algunas cuñas publicitarias no es extraño que se haga uso del PPP representando un espacio simbólico.
Segundo Plano y Tercer Plano: Son niveles de intensidad más bajos, por lo que cuando algún sonido aparece en Segundo o Tercer Plano (el más bajo de todos), lo percibimos como más lejano que aquel otro que suena en Primer Plano. Tanto el Segundo como el Tercer Plano son básicos para generar en el oyente la ilusión de espacio. Por otra parte, también son esenciales en la construcción de la perspectiva acústica, la cual se consigue mediante la superposición narrativamente coherente de distintos sonidos situados en diferentes planos.
Para que comprendas con más claridad la utilidad de estos planos y lo que acabamos de exponer en el párrafo anterior, vamos explicar cómo se podría resolver una situación en la que intervinieran diversos planos y sonidos.
Imaginemos que en la escuela disponemos de una emisora de radio y que nuestro profesor nos ha encargado la elaboración de un reportaje sobre la Costa Brava. Para llevarlo a cabo, recabaremos información acerca de sus playas, los turistas que la visitan cada año, los lugares de mayor interés histórico-artístico, etcétera, y construiremos, también, una secuencia mediante la que nuestros oyentes puedan percibir el ambiente que se respira en una zona marítima como la que le vamos a describir. Con el fin de que la secuencia resulte lo más creíble posible, recrearemos, por ejemplo, un paseo por la orilla del mar. En este caso, una opción válida sería que dos voces en Primer Plano -un locutor y una locutora de nuestra emisora-, hablaran sobre las sensaciones que despierta caminar por la arena de playas hermosísimas, mientras en Segundo Plano suena el efecto olas del mar y en Tercer Plano el trinar de las gaviotas.
Ten en cuenta que, jugando con los planos, podríamos expresar el alejamiento de la pareja de la orilla del mar cuando la secuencia llegara a su fin. Esto se conseguiría, por ejemplo, pasando a Tercer Plano el efecto olas del mar y haciendo desaparecer progresivamente las gaviotas.
Observa que tanto el Segundo como el Tercer Plano tienen sentido a partir de la existencia de un Primer Plano.
En realidad, éste último es siempre el punto de referencia, lo que en su libro Le langage radiophonique, Etienne Fuzellier denomina el Punto Aquí.

LA PLANIFICACION RADIOFONICA 1

El visionado de cualquier programa de televisión permite observar con facilidad cómo las cámaras nos enseñan distintos planos del lugar en el que éste se desarrolla, así como de las personas que intervienen en él. Como bien habrás podido comprobar, en ocasiones estas personas aparecen más próximas a nosotros (cuando en pantalla vemos sólo su rostro), o más lejanas (cuando además del rostro podemos contemplar, por ejemplo, todo su cuerpo). Lo mismo sucede con el escenario: las cámaras nos lo pueden mostrar en su totalidad, pero también pueden captar partes o detalles del mismo.
En el caso de la radio, los planos sirven igualmente para marcar distancias y definir espacios, aunque, dadas las características del medio, sólo cabe la posibilidad de hablar de planos sonoros. Sin embargo, este hecho no limita las capacidades expresivas de la radio, por lo que nada impide que, en función de cómo se trabaje la planificación, el oyente pueda visualizar mentalmente ambientes, paisajes, etcétera, aunque en realidad no esté viendo nada.
En esencia, el plano radiofónico no es más que un efecto acústico que genera en el receptor la sensación de que existe una determinada distancia entre él y todos aquellos sonidos que está escuchando. Además, como señala el profesor Armand Balsebre, el plano tiene también un sentido eminentemente espacial, ya que introduce la segmentación perspectiva de la realidad (figura/fondo, tamaño/distancia, paisaje sonoro).

LA PLANIFICACION RADIOFONICA 3

¿Cómo construir los planos?


Si partimos de la base de que los planos están estrechamente relacionados con la intensidad a la que escuchamos un determinado sonido, la radio ofrece diversas opciones para que los locutores puedan recrear sin mayores complicaciones cada uno de ellos.

Tratamiento fonológico: Con una simple variación del volumen de la voz, el radiofonista puede representar cualquiera de los planos (Primerísimo Primer Plano, Primer Plano, Segundo Plano y Tercer Plano).

Distancia con respecto al micrófono: En función de la cercanía o lejanía que mantenga con respecto al micrófono, el sonido de la voz del locutor resultará más alto o más bajo y, por tanto, podrá representar también, de esta otra forma, los distintos planos radiofónicos.

Tratamiento técnico: La mesa de mezclas permite subir o bajar el volumen de la voz del radiofonista, sin que éste tenga que acercarse o alejarse del micrófono. Esta es la tercera alternativa para construir los diferentes planos sonoros.

En relación con la distancia con respecto al micrófono, normalmente el Primer Plano se consigue situándose a un palmo del mismo, mientras que el Segundo Plano se logra colocándose a unos dos metros. No obstante, todo dependerá de las características de la voz de cada locutor, ya que no hay que olvidar que muchas personas hablan habitualmente a un volumen más alto que otras. Por su parte, para ejecutar un Tercer Plano es aconsejable alejarse lo más posible del micrófono e, incluso, darle la espalda.

El Primerísimo Primer Plano es el más difícil de obtener, sobre todo cuando el locutor efectúa un monólogo interior. En este caso, debemos acercarnos todo lo posible al micro, pero desviando ligeramente la boca hacia un lado para evitar los golpes que produce el aire que expulsamos al emitir sonidos oclusivos como las b o las p.

Habitualmente, las músicas y los efectos sonoros aparecen en un plano, desaparecen, o cambian de plano mediante el tratamiento técnico que se hace desde la mesa de mezclas. No obstante, cuando se trabaja con efectos artesanales o con melodías que se ejecutan directamente en el estudio de radio (por ejemplo, un guitarrista como telón de fondo que acompaña un recital de poemas), es posible conseguir primeros, segundos y terceros planos según la distancia que se mantenga en relación con el micrófono.

lunes, 28 de diciembre de 2009

BANCOS DE SONIDOS

Bancos de sonidos: son un recurso muy útil para agregar efectos. Los sonidos archivados son de diferente origen: objetos, animales, efectos climáticos, etc. En general se encuentran clasificados por categorías y muchas veces podemos optar entre varias versiones de un mismo efecto sonoro.
Algunos bancos de sonido son:

* Soungle
* Soundsnap.
* Universal-soundbank.
* Sshhtt!
* SFXsource's Freesound effects
* Freesfx.co.uk.
* Stonewashed.


Buscador de sonidos: una alternativa a los bancos de sonidos es buscar el archivo de sonido en el saco sin fondo que es Internet. Para eso existe FindSounds, un buscador que permite optar entre extensión/es del archivo, resolución y peso para encontrar todas las versiones posibles del sonido que tenemos en la cabeza.

Jamendo web recomendadas para “descargas legales” por la página “siereslegalereslegal.com” del Ministerio Español de Cultura.

LOS ANTECEDENTES DE LA RADIO

¿Cómo surgió la radio?. Los antececentes más remotos de este medio debemos situarlos a principios del siglo XIX, cuando Alessandro Volta inventa un objeto tan común para todos nosotros como la pila voltáica o, lo que es lo mismo, una pila que podía producir electricidad. A partir de ese momento, empezarán a construirse los primeros telégrafos; unos aparatos por entonces muy primitivos pero que fueron evolucionando gracias, sobre todo, a las aportaciones Samuel Morse. En 1840, Morse introduce dos transformaciones fundamentales en esos rudimentarios telégrafos. Por un lado, sustituye las agujas magnéticas que utilizaba su antecesor en este campo (Henry Cook) para el proceso de identificación de las señales, por una tira de papel -seguro que recordarás haber visto alguna en las películas del Oeste americano-. Por otro lado, crea algo que está todavía vigente: el código Morse; un código que, a través de una combinación de puntos y rayas, puede transmitir cualquier tipo de mensaje.

Treinta y cinco años después, concretamente en 1875, Graham Bell, como ya debes saber, propicia el nacimiento de la telefonía. Este inventor consiguió que los sonidos pudieran propagarse a través de un cable.

Pero no solo la telegrafía y la telefonía intervinieron en la aparición de la radio. Otros fenómenos fueron igual o más importantes que éstos. El descubrimiento y la posterior medición de las ondas electromagnéticas, también llamadas Hertzianas porque la persona que ideó el proceso para medirlas fue Heinrich Hertz en 1887, propició la creación del primer receptor de radio. Sin embargo, hasta la llegada de la telegrafía sin hilos, de la mano de Guillermo Marconi, la transmisión era muy limitada. La aportación de Marconi permitió que las señales sonoras pudieran propagarse a algo menos de 20 Kilómetros de distancia. Quizá a ti te parezca muy poco, pero para aquella época fue todo un logro. Lógicamente, el sistema tenía sus imperfecciones, porque, por ejemplo, este aparato no podía transportar ni palabras ni sonidos musicales.

No será hasta ya entrado el siglo XX cuando las aportaciones de A. Fleming y R.A Fessenden permitirán la transmisión de la voz humana. A partir de ese momento se iniciaría, de verdad, la radio que hoy conocemos.

Si bien decíamos al principio de este texto que la radio en España comenzó el pasado siglo, concretamente en la década de los veinte, en Estados Unidos su andadura se inició un poco antes. En 1916 se inaugura la primera emisora en la ciudad de Nueva York y, en el período comprendido entre 1914 y 1918, la radio se consolida en este país y en otros importantes estados europeos, como Francia y Gran Bretaña. Tal es el crecimiento del medio en Norteamérica que, en 1935, se funda la Columbia Nexus Service, una agencia de noticias encargada de distribuir la información entre las emisoras existentes en aquel momento en Estados Unidos.
Pero centrémonos ya en España. La estación pionera fue EAJ-1 Radio Barcelona, llamada la emisora decana de la radio española por ser, precisamente, la más antigua. La nomenclatura EAJ-1 hace referencia a los códigos de los radioaficionados, auténticos artífices del nacimiento de la radio. E por España, AJ porque designa a las estaciones de Telegrafía sin Hilos y, por razones obvias, 1 por ser la primera .

Sin embargo, y para ser fieles a la historia, las primeras emisiones radiofónicas en nuestro país corrieron a cargo de Radio Ibérica de Madrid, a finales de 1923 y principios de 1924, pero, debido a sus importantes irregularidades en lo que a continuidad temporal se refiere, los analistas del medio prefieren situar el nacimiento de la radio en otro momento. La principal razón que explica las irregularidades a las que nos acabamos de referir es que Radio Ibérica de Madrid fue fruto de la iniciativa de un grupo de personas dedicadas a la fabricación de aparatos -que por aquella época eran de dos tipos (los de galena y los de lámpara) en función del material que utilizaban para poder funcionar-. En definitiva, eran técnicos que experimentaban con el medio, pero sin una programación continuada. Radio Ibérica surgió de la unión de la Compañía Ibérica de Telecomunicaciones y de la Sociedad de Radiotelefonía Española. Meses más tarde, Radio Madrid y Radio Libertad, haciendo uso de las infraestructuras de Radio Ibérica, emitían su programación, que se reducía a unos pocos espacios a la semana.

A pesar de los intentos anteriores, no será hasta 1924 cuando la radio en nuestro país empiece a emerger definitivamente, en plena Dictadura del General Primo de Rivera. Este mandatario, al igual que otros políticos, vio en este medio un efectivo canal de propaganda .

Dada la situación que se estaba viviendo en relación con un nuevo sistema de comunicación que despertaba el interés de todos e iba consolidándose a pasos agigantados, las autoridades, como puedes comprender, no podían ser ajenas y decidieron poner un poco de orden convocando lo que se vino a llamar la Conferencia Nacional de la Telegrafía Sin Hilos, que durante seis meses deliberó sobre el contenido del futuro Reglamento de Radiodifusión.

¿Quiénes eran los responsables de establecer la legislación que normalizaría la radiodifusión española? Pues los Ministerios de Guerra, Marina, Gobernación, Instrucción Pública y Trabajo, aunque podían estar asesorados por algunas entidades relacionadas de una manera u otra con la radio, como la Compañía Nacional de Telegrafía sin Hilos, la Compañía AEG, la Ibérica de Electricidad, la Compañía Radio Ibérica, las Compañías de Radiotelegrafía Francesa, la Federación de Radiotelegrafistas españoles, la Asociación de la Prensa, la Agrupación de Constructores de material eléctrico de España y el Radio Club España.

En pleno verano del 1924, y una vez aprobado el Reglamento, se empezaron a otorgar las concesiones de emisión: EAJ-1 Radio Barcelona, EAJ-2 Radio España de Madrid, EAJ-3 Radio Cádiz, EAJ-4 Estación Castilla, EAJ-5 Radio Club Sevillano, EAJ-6 Radio Ibérica.

Todo empezaba a estar dispuesto para que el 14 de noviembre de ese mismo año Radio Barcelona se inaugurara oficialmente y empezara así sus emisiones, siete días después de que su hermana madrileña, Radio España, comenzara sus pruebas oficiales. En este archivo sonoro, extraído del CD que la emisora catalana Radio Barcelona editó con motivo de su 70 aniversario, podrás escuchar las primeras palabras que salieron de los estudios de EAJ-1, de la voz de la locutora María Sabater .

El papel de las empresas que en los años 20 trabajaban con material radioeléctrico no se puede dejar de lado, porque, en realidad, ellas fueron sujetos activos en el nacimiento y desarrollo de este medio en España. Su tarea no sólo consistió en impulsar las iniciativas que iban surgiendo, sino que eran las responsables de que los receptores que se fabricaran pudieran hacer llegar a los ciudadanos las emisiones de manera óptima. Lógicamente, existía una intención empresarial, pues, como podrás imaginar, cuanto más desarrollada estuviera la radio, más aparatos se podrían vender. Tanto es así que las propias compañías radioeléctricas más importantes de aquel entonces tomaron la determinación de crear su propia empresa de radiodifusión: EAJ-7 Unión Radio, que se inauguró el 17 de junio de 1925. Esta emisora pronto se convertiría en la primera cadena de radio española, y, poco a poco, iría transformando el panorama radiofónico en un monopolio. No obstante, esta situación se vería truncada con el estallido de la Guerra Civil. Pero no adelantemos acontecimientos.

Tras la implantación de las primeras estaciones, durante 1925 y 1926 la radio fue extendiéndose por todo el territorio español: Andalucía, Castilla, País Vasco..., aunque con una programación muy limitada (fundamentalmente Diarios Hablados, espacios culturales y música). Sin embargo, Unión Radio consideró necesario mejorar las emisiones y por ello empezó a emitir en cadena con otras estaciones y a incorporar otros contenidos, como el deporte o los toros.

Durante siete años el panorama radiodifusor en España fue transformándose, tanto en cantidad como en calidad. El número de emisoras iba creciendo al mismo tiempo que la programación iba mejorando. En 1930, a partir de una iniciativa de la Asociación Nacional de Radiodifusión, nace EAJ-15, Radio Asociación de Cataluña, que emitirá su programación, apenas tres horas al día, en lengua catalana. Esta situación provocó una gran competencia entre las dos principales emisoras catalanas de la época, lo que desembocó en que Radio Barcelona, a partir de la implantación del autogobierno en esta comunidad, decidiera hablar a su audiencia también en catalán. De hecho, el 15 de abril de 1930, Francesc Macià, el presidente de la "República Catalana", eliminó la censura informativa, lo que sin duda alguna benefició, como puedes intuir, a la radio.

A finales de ese mismo año, se empieza a emitir el espacio informativo de Unión Radio La Palabra, que tenía una duración de media hora y que había sido una iniciativa de EAJ 15.

LA GUERRA CIVIL Y LA RADIO

Con la llegada de la II República, el número de personas que disponía de un aparato receptor aumentó y la audiencia de este medio se engrosaba día tras día. Además, durante esta época fueron surgiendo un gran número de estaciones locales, que engancharon a muchas personas a lo largo de todo el territorio español.

Sin embargo, con el estallido de la Guerra Civil española, el 18 de julio de 1936, las cosas empezaron a cambiar. La radio se destapó como un gran medio de propaganda política que fue utilizado por los bandos combatientes para emitir sus particulares arengas (franco hablando a las tropas).

La implantación de una nueva dictadura, encabezada por el General Francisco Franco, supuso una larga temporada de dominio político sobre el sistema radiofónico. El 19 de enero de 1937, poco antes de que acabara la Guerra Civil, se crea Radio Nacional de España, a la que se le otorgará el monopolio de la información en nuestro país, gracias a la promulgación, un año antes, de la Ley de Prensa, que estaría en vigor hasta 1966. Además, la entonces Unión Radio se transforma en la actual Ser (Sociedad Española de Radiodifusión).

La entrada de las tropas nacionales en Cataluña supuso la desaparición de la radio en catalán, incluida EAJ-15, Radio Asociación de Cataluña. A partir de ese momento la Falange será la responsable de los espacios que emiten las ondas radiofónicas.

Esta situación desembocó en nuevamente en la instauración de la censura (la Ley de Prensa así lo establecía), o lo que es lo mismo, las radios no podían programar nada que el poder político no quisiera. Los censores se ocupaban de revisar los guiones para que nada indebido se les escapara, al tiempo que las radios comerciales, las privadas, estaban obligadas a conectar siempre con Radio Nacional de España (Rne) para emitir los servicios informativos que elaboraba esta red gubernamental y que se conocían con el nombre de El parte, debido a que durante los años de la contienda civil, el espacio informativo por antonomasia era, precisamente, el parte de guerra. Las estaciones distintas a Rne sólo podían elaborar las noticias comarcales y locales, pero siempre bajo supervisión de la autoridad competente.

Mientras esto sucedía en España, en Europa se desencadena la II Guerra Mundial. Esta circunstancia obliga a transformar la radio -al igual que ya había sucedido en nuestro país poco antes-, en un arma de propaganda política que utilizaban los dos bandos para informar de los avances de la guerra.

Sin lugar a dudas, en ese momento la información radiofónica es un baluarte importante que hay que cuidar y vigilar, pero la radio también es un medio de entretenimiento al que recurren las familias españolas para pasar sus ratos de ocio. Empiezan a surgir las radionovelas, que, años más tarde, sobre todo en las décadas de los 50 y 60, se convertirán en un auténtico boom. Para que nos entendamos, se trataba de un género (consulta el bloque La producción radiofónica) parecido a los actuales culebrones de la TV, pero en versión radiofónica. Escucha este fragmento de la radionovela Ama Rosa, extraído también del CD editado con motivo del 70 aniversario de Radio Barcelona:

Llegados a los años 40, en concreto a 1942, el gobierno crea la primera red de ámbito estatal, la Red Nacional de Radiodifusión (REDERA). Hasta ese momento, el sistema estaba conformado por tres tipos de emisoras, por llamarlo de alguna manera: las estaciones locales, que tenían poca potencia, las comarcales (de las cuales la mayoría pertenecían a lo que es hoy la Ser) y, finalmente, las que estaban dentro de la Sociedad Nacional de Radiodifusión, es decir, las de Rne, y las del FET y de las JONS (Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista).

Esta década de los 40 supuso también avances técnicos para los profesionales de la radio. En 1948, aparece la cinta magnetofónica, lo que favorecerá en gran medida la mejora en la producción de programas.

Durante estos años, el número de aparatos receptores no dejó de crecer, siendo España uno de los países europeos que más radios tenía por habitante. En concreto, y según datos de la Unesco, en 1955 había un receptor por cada 90 ciudadanos, o, lo que es lo mismo, 2.717.000 aparatos distribuidos por todo el territorio. Pero si los receptores aumentaban, también lo hacía el número de emisoras, especialmente las vinculadas política o ideológicamente al gobierno.

Así, en 1954 se constituye oficialmente la cadena Rem (Red de Emisoras del Movimiento); en 1957 se crea la Cope (Cadena de Ondas Españolas Populares) y cuatro años después, en 1961, surge la Ces (Cadena de Emisoras Sindicales.)


LA LLEGADA DE LA TV. MALOS TIEMPOS PARA LA RADIO

Entrados los años 60, la radio experimentará una mala época por un hecho que vendría a cambiar muchas cosas: la llegada de la televisión. Si bien ésta llegaría a los hogares españoles en 1956, no será hasta la década de los 60, y en especial hasta los 70, que su uso se empezaría a generalizar de forma masiva. La situación económica de la familia media española no permitía que durante esa época todo el mundo tuviera un televisor en casa como pasa actualmente.
Con la popularización de la televisión, la radio debe reestructurarse y ver cuáles son las ventajas que tiene sobre el nuevo medio (aunque, de hecho, las tenía y las sigue teniendo). Es cierto que la TV podía emitir imágenes, pero la radio era mucho más ágil y rápida. Además, hace 30 años la radio podía llegar a lugares a los que la tele no tenía acceso, porque por entonces la infraestructura televisiva era muy poco operativa.

Como ya debes saber, la década de los 70 supuso un gran cambio en la sociedad española, y, también, en la radio. En 1972 la Ser empieza a emitir tímidamente un programa informativo emblemático: Hora 25. Se trataba de un espacio que bajo el formato de un Magazine (consulta los bloques La comunicación radiofónica, La programación radiofónica y La producción radiofónica), comunicaba a sus radioyentes los últimos acontecimientos de actualidad. 1974 supuso la incorporación a la Red de Emisora del Movimiento las Emisoras Escuela (Car).

LA TRANSICIÓN

Con la muerte del General Franco, en noviembre de 1975, y por miedo a posibles cambios, la censura en la radio se incrementó notablemente. De alguna forma, esto es lógico, ya que por entonces no se sabía lo que podía pasar en España. Sin embargo, dos años después se produce un hito histórico en la radio: se aprueba la libertad de información, o lo que es lo mismo, por fin las emisoras no tenían que conectar con RNE para trasmitir los servicios informativos. Se había acabado el monopolio de esta cadena en este sector.

A partir de octubre de 1977, las emisoras empiezan a emitir sus propios espacios informativos y la radio en general comienza a parecerse al medio que hoy en día conocemos. De hecho, un año antes se aprobaría el Plan Técnico Transitorio de FM. Hasta ese momento sólo existían las estaciones de OM (Onda Media). La Frecuencia Modulada (FM), además de tener mayor calidad técnica, ofrecía la posibilidad de llegar a localidades más pequeñas (consulta el bloque La tecnología radiofónica). Sin embargo, los operadores de entonces no supieron sacarle provecho a la FM, excepto la cadena Ser, que vio en ella la posibilidad de explotar un estilo de programa norteamericano que se basaba en una lista de éxitos musicales, lo que supuso el nacimiento de Los 40 principales, que a buen seguro te sonará.

Además de estos cambios, en 1978 se incorpora al panorama radiofónico español una nueva cadena, surgida a partir de la fusión de otras emisoras ya existentes: Rem (Red de Emisoras del Movimiento), Car (Cadena Azul de Radiodifusión) y Ces (Cadena de Emisoras Sindicales). Todas ellas conformarán Radio Cadena Española (RCE), que finalmente será absorbida por RNE.

A principios de los 80, un acontecimiento político -el intento de Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981-, supone una prueba de fuego para las emisoras, ya que fueron las encargadas de informar sobre lo que estaba aconteciendo en el Congreso de los Diputados. Esto dio lugar a lo que se conoce como la noche de los transistores, puesto que durante largas horas toda España estuvo pegada a la radio en unos momentos cruciales para la joven democracia. Durante la tarde de aquel frío día de febrero, muchos ciudadanos tuvieron la oportunidad de escuchar en directo la entrada de los golpistas en el Congreso a través de las ondas de radio, ya que iba a tener lugar la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente del Gobierno, tras la dimisión, un mes antes, de Adolfo Suárez. Desde esta página podrás escuchar fragmentos htradiofónicos de la época.
http://www.cadenaser.es
En un ámbito más estrictamente radiofónico, a finales de la década de los 70 se fraguaría también el futuro nacimiento de las emisoras autonómicas. Una vez aprobada la Constitución de 1978, y dado el visto bueno para la división del Estado español en 17 Comunidades Autónomas, se genera la necesidad de que cada comunidad tenga su propia radio y su propia televisión, algo que contemplará el Estatuto de Radio y Televisión. Esto permitirá que los ciudadanos de las distintas regiones puedan tener un contacto más directo con lo que acontece en su entorno más inmediato, aunque sin perder la perspectiva de lo que sucede fuera de él. Las primeras comunidades en disponer de emisora propia son las denominadas comunidades históricas, es decir, Cataluña, Galicia y el País Vasco.

Esta circunstancia que te acabamos de describir determinará la configuración de un sistema radiodifusor en el que será posible distinguir entre distintas radios según su ámbito de cobertura territorial: las redes estatales, las autonómicas y las locales.

LA RADIO EN NUESTROS DÍAS

Cuando sintonizas la radio, seguro que te habrás dado cuenta que las emisoras no son, ni mucho menos, todas iguales. El origen de estas diferencias se encuentra en múltiples factores: la titularidad, el tipo de emisión, la cobertura territorial, la programación etc. Todas estas características influyen de una manera más o menos importante en las posteriores emisiones, ya que no será lo mismo una estación radiofónica que transmite para todo el estado español que una que lo hace para un municipio concreto. De igual forma, también dista mucho la programación de una estación como Radio Nacional de España-Radio 1, de la que ofrece una emisora especializada en música, como por ejemplo, la Cadena 40.

La gran cantidad de emisoras existentes hoy en día en nuestro país convierten al sistema radiodifusor en un complejo entramado. Pero vayamos por partes.

1.7.1 Titularidad y financiación
En España, las cadenas radiofónicas con más peso específico en función de su número de oyentes son: la Ser (Sociedad Española de Radiodifusión), Onda Cero, Rne (Radio Nacional de España) y la Cope (Cadena de Ondas Populares Españolas). Esto no quiere decir que no haya más, todo lo contrario, sino que las que acabamos de citar obtienen los mayores índices de audiencia. De ellas, tan sólo Rne es de titularidad pública, mientras que el resto son privadas. ¿Esto qué quiere decir? Pues que la financiación de Rne depende enteramente de los Presupuestos Generales del Estado y el Gobierno es el responsable de su funcionamiento, control y gestión.

En la actualidad, Rne está formada por varias emisoras: Radio 1, Radio Clásica (antes Radio 2), Radio 3, Radio 4 (que emite sólo en Cataluña), Radio 5 Todo Noticias y Radio Exterior, que destina su programación a los españoles residentes en el extranjero. Las tres cadenas restantes (Ser, Cope y Onda Cero) son de capital privado, y, por lo tanto, dependen de las empresas que están detrás y de los ingresos que genera la publicidad que emiten. De todos modos, Rne no es la única emisora de titularidad pública, pero sí la única que no emite publicidad, porque así se establece en el Estatuto de Radio Televisión Española. Las otras estaciones de titularidad pública que podemos encontrar en nuestro sistema radiodifusor son las autonómicas, que dependen de los gobiernos autonómicos, y las municipales, que están bajo la tutela de los ayuntamientos y, en algunos casos, de las diputaciones.

1.7.2. Cobertura territorial
La cobertura territorial también influye en las emisiones radiofónicas, ya que, según la extensión geográfica que abarquen, así serán sus programaciones. Las autonómicas y las municipales, por ejemplo, prestarán más atención a los acontecimientos que les son más próximos y que, en muchas ocasiones, no tienen cabida en las emisiones de las grandes cadenas, debido a que es el interés que pueda tener para un determinado grupo de población lo que determina si una noticia va a ser incluida o no en un programa, de hecho es poco probable que en una estación radiofónica estatal se emita una noticia que ha sucedido, por ejemplo, en un barrio de una pequeña localidad, a no ser que el hecho revista algún tipo de interés (informativo, de entretenimiento, etc) para el conjunto de los españoles. Esta es una de las razones que explican la necesidad de disponer, además de las nacionales, de emisoras locales y autonómicas.

Pero la cobertura territorial de las radios no es un hecho casual, sino que está estrechamente ligada a la estructuración político-administrativa del Estado, además de factores sociales y culturales. De esta forma, en nuestro sistema radiodifusor coexisten:

Emisoras estatales, que cubren todo el territorio gracias a las diferentes estaciones que posee cada cadena, o aquellas a las que se encuentra asociada.

Emisoras autonómicas, que emiten exclusivamente para su comunidad (aunque no todas las autonomías cuentan con este tipo de operadores).

Emisoras locales (entre las que se encuentran las municipales, las locales de titularidad privada, las libres, las asociativas, las escolares, etc.), que radian en diferentes ciudades, pueblos o villas.

De todos modos, las emisiones de algunas cadenas pueden llegar a diferentes puntos del globo. Con independencia de Radio Exterior de España, que emite para diferentes países y que gozó de gran importancia durante las décadas de los 50, 60 y 70 por ser uno de los medios que utilizaba la población que había emigrado para ponerse al día de lo que pasaba en nuestro país, la irrupción de tecnologías avanzadas de la comunicación, como el satélite, primero, e Internet, después, permite que algunas cadenas puedan transportar sus ondas más allá de su entorno más próximo. En el caso de Internet, todas las cadenas españolas más importantes tienen su programación colgada en la Red y, entre otras muchas cosas, dan la oportunidad de escuchar contenidos en tiempo real.

Junto con la titularidad, el modo de financiación y la cobertura territorial, la programación es una variable que también permite diferenciar entre las diferentes emisoras.

LOS GÉNEROS DE ENTRETENIMIENTO

Sin duda alguna, el MAGAZINE se consagra como el género protagonista de los contenidos de entretenimiento imperantes en la oferta radiofónica española, aunque en este terreno no faltan los programas de HUMOR, que han ido acrecentando progresivamente su presencia en las ondas. En cambio, el CONCURSO, un género estrella del entretenimiento en otras épocas, ha ido perdiendo posiciones con el transcurso de los años.

Como señalan los profesores Martí, Bonet y Perona, los aspectos más destacables que caracterizan los típicos magazines de entretenimiento son la notoriedad de su conductor/a y la inclusión de espacios cuyos variados temas (salud, cocina, astrología, actualidad, meteorología, personajes famosos, música, tradiciones, etc.), están destinados a una audiencia heterogénea (mujeres, jóvenes, tercera edad, etc.).

En este tipo de programas es muy importante que la locución sea lo más natural posible, con el fin de generar la ilusión de que entre el conductor y los oyentes existe una relación de amistad, de cercanía, de proximidad. Si esto no se consigue, difícilmente lograremos entretener a la audiencia.